“Felicidades, no estás enfermo”.
Cuando no tratar es tratar.
Mi vida laboral es la Urgencia. Aquello que entre por la puerta con una necesidad psiquiátrica o psicológica urgente acaba llegando a la consulta. Con mucha frecuencia una conducta extraña es relacionada con la presencia de una alteración psíquica. La violencia, lo bizarro o en definitiva lo que asusta, es catalogado como anormal desde el punto de vista psíquico, como algo enfermo. Quizás es más tranquilizador vivir en un mundo donde entendemos la desviación de la norma como una patología, porque el Dios Ciencia acabará encontrando la solución, la cura. Y así de paso confirmamos nuestra Salud, negando muchas de esas conductas como inherentes a la complejidad del ser humano. Pero la maldad existe, el dolor existe y casi siempre tiene una función (Recomendación imprescindible: Inside out, 2015). También existen 7400 millones de formas de entender el mundo. Por todo ello, desde el estigma asociado a tener un problema de Salud Mental se corre el riesgo de polarizarnos al lado contrario, patologizando cualquier aspecto de la vida que resulte incómodo, molesto. Las emociones llamadas negativas son alarmas, oportunidades y partes de procesos más amplios que mejoran nuestra capacidad para seguir adelante como bichos en el planeta.
Transmitir este mensaje a un paciente que llega con un sufrimiento y una necesidad no siempre es fácil. Validar y conseguir que no se sienta expulsado ni su dolor minusvalorado exige una técnica que algunos de mis compañeros dominan. Cuidar, entender y acompañar sin psiquiatrizar la vida. Y cuando es necesario usar la química con precisión y un proceso reflexivo detrás. A menudo se acusa a los psiquiatras de “empastillar” al paciente, pero pocos hablan de la presión del sistema y del paciente para quitar el dolor emocional como si se tratara de un acto quirúrgico. Cuando en este texto me refiero a “tratar” hablo desde el modelo médico biológico. Y ese modelo, por muchos factores, parece haber desplazado otras estrategias como la psicoterapia o los propios mecanismos de defensa psicológicos que cada uno tenemos.
Los clínicos continuamente separamos los síntomas mentales como “normales” o “patológicos”, pero no hay una norma escrita que los diferencie. La frontera entre lo normal y lo anormal no siempre es clara, aunque la podemos entender desde varios puntos de vista, ninguno completamente satisfactorio. Podemos entender la anormalidad desde varios modelos:
- Modelo estadístico: La desviación estadística del conjunto de comportamientos y vivencias habituales en la inmensa mayoría de las personas.
- La mayor parte de los síntomas son inhabituales en el resto de la población, bien por sus características o por su intensidad.
- .. no todo lo estadísticamente anormal es patológico (inteligencia superdotada, ideas revolucionarias, ciertos hábitos sexuales…)
- Modelo médico orgánico: La presencia de una lesión o disfunción de la fisiología humana
- .. la mayoría de los síntomas mentales siguen sin poder asociarse a una función o área cerebral específica.
- Modelo evolutivo: La desventaja biológica para quien la sufre.
- (Kendell) Los síntomas o enfermedades mentales tienen como consecuencia mayor mortalidad, menor índice de natalidad. (concepto evolucionista)
- .. Pacientes con ciertos trastornos de personalidad pueden presentar un aumento en el índice de natalidad.
- Modelo sociocultural: La desviación del conjunto de creencias y conductas aceptadas por la sociedad.r. Si ese síntoma provoca una mala adaptación social, un malestar subjetivo, un fracaso en el desarrollo de la autonomía personal y hay presencia de síntomas psicopatológicos (Que si están bien definidos), entonces podemos hablar de indicación de tratamiento.Como psiquiatra no me importa si ves por las calles elefantes de cuadros multicolor, me importa si esos elefantes te generan sufrimiento, inadaptación social e impiden que tengas la vida que quieres tener. Sólo entonces te animaré a tratarte. Aliarse con el sufrimiento del paciente es el primer paso del terapeuta, pero saber distinguir entre lo
- .. no toda creencia o conducta extraña puede ser considerada como patológica (pensamiento mágico).
Entonces, si no hay un modelo perfecto que nos pueda explicar lo que es sano o enfermo en la Salud Mental (No deja de variar según el cuando y el dónde) ¿En qué es importante fijarse?. La respuesta es más sencilla de lo que pueda parecer. Si ese síntoma provoca una mala adaptación social, un malestar subjetivo, un fracaso en el desarrollo de la autonomía personal y hay presencia de síntomas psicopatológicos (Que si están bien definidos), entonces podemos hablar de indicación de tratamiento.
Como psiquiatra no me importa si ves por las calles elefantes de cuadros multicolor, me importa si esos elefantes te generan sufrimiento, inadaptación social e impiden que tengas la vida que quieres tener. Sólo entonces te animaré a tratarte. Aliarse con el sufrimiento del paciente es el primer paso del terapeuta, pero saber distinguir entre lo normal y patológico es igual de importante. A veces el mejor tratamiento consiste en no tratar.
Salvador Ruiz