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¿ Qúe me pasa? como enseñar a los niños a manejar sus estados emocionales


¿Qué me pasa?

l.los-niños-con-mayor-inteligencia-emocional-son-mas-felices_1398873469-500x333Las emociones forman parte de nuestra vida y son un elemento muy importante para poder entender nuestro entorno, comunicarnos con los demás, y autorregular las experiencias que quedan grabadas en nuestro cerebro y en nuestro cuerpo.

En la infancia, las emociones se experimentan como un torbellino de sensaciones, desde el desconocimiento, el niño va aprendiendo a regular su alegría, su tristeza, el miedo o su rabia a través del enfado. Los adultos somos espejos y maestros para la regulación emocional de los niños, por eso, hoy comentaré algunas estrategias que pueden ayudar en este manejo de emociones.

  1. ¿Cómo manejo yo esta emoción?

Antes de poder ayudar a los peques con esa emoción que, o bien no pueden manifestar, o bien la expresan de manera descontrolada, es bueno que miremos hacia nuestro interior.  De esta manera, al menos, podremos identificar qué hacemos cuando sentimos cosas parecidas a las que está sintiendo el niño.

Si sentimos que algunas emociones nos bloquean, es probable que nos resulte más difícil poder dar herramientas.

  1. ¿Cómo muestra el niño su emoción?

Para ello, observaremos las reacciones que el niño tiene ante diferentes situaciones. Puede que no siempre tenga una misma respuesta, pero es probable que tenga un patrón similar, que suele ser la expresión descontrolada hacia el exterior (llanto desconsolado, gritar, pegar, etc) o puede no expresarse y replegarse hacia su interior (mutismo, quedarse solo en su habitación, no relacionarse con otros niños…).

También es importante tener en cuenta que, dependiendo de la edad del niño, las emociones y sus respuestas podrán variar.

  1. ¿Cómo actuar?

El primer paso, será contener la emoción del niño. Esto puede hacerse mediante un abrazo, tocarle la mano, besarle, o al menos intentar un acercamiento para intentar reducir la intensidad tensional (por ejemplo, en casos de rabietas).

A veces escucho, que puede resultar difícil dar muestras de cariño si estamos manejando situaciones de enfado o de traspaso de límites, porque parece que se está premiando cuando el niño “no ha cumplido con su obligación”. Así que, aprovecho para mencionar que, el cariño y el amor no es la herramienta para conseguir que un niño sea obediente o no tenga rabietas, sino que es una forma de comunicación eficaz para que el niño pueda sentirse seguro y protegido. Desde la seguridad, siempre será más fácil establecer límites adecuados.

Os dejo una reflexión: ¿Qué os parecería si cada vez que no hacéis lo que vuestra pareja quiere, esta os dejara de dar muestras de cariño? ¿Cómo os sentiríais si al expresar vuestra necesidad os dejaran de hablar?

 

En segundo lugar, esta contención irá acompañada de la identificación de la emoción. Es importante señalarle al niño si está experimentando enfado, si está triste, etc y el porqué. Por ejemplo, “Estás enfadado porque no ha dado tiempo a ver los dibujos”. Lo importante en este caso, es que el niño, pueda comenzar a construir un significado adecuado a sus emociones.

  1. Ofrecer alternativas.

Por último, es importante ayudar al niño a colocar de una manera adaptativa estas emociones. Esto puede hacerse dando alternativas a aquellas respuestas que no son adecuadas (bien para él o bien para el entorno que le rodea). Por ejemplo, con los más pequeños, podéis construir historias de lo ocurrido y podéis jugar a darle un final diferente. O podéis usar un contenedor de emociones negativas (expresarlo en un dibujo, con plastilina, etc, para que puedan mostrar lo que no pueden hacer con palabras; y después se buscará que hacer con ello.

Con niños más mayores, podéis usar técnicas parecidas, como construir con él la historia real de lo ocurrido y ayudarle a darle significado. O escribir un diario puede ser de ayuda (esto a los adultos también nos viene muy bien).

La capacidad de poder expresar, la integración del sentimiento y la tranquilidad de un entorno seguro, son 3 llaves mágicas para un desarrollo emocional sano en el niño.

 

Por ello, os animo a poner en práctica estas herramientas con los más pequeños (y con vosotros mismos también ? )