¿Por qué tarda tanto en hacerme efecto el antidepresivo?
“La noche es más oscura justo antes del amanecer”.
Harvey Dent, The Dark Knight (2008).
La depresión es uno de los grandes retos del mundo actual, y el sufrimiento que genera sólo se entiende en su plenitud si se ha padecido. En un sistema social que cada vez aporta más oportunidades para sentirse frustrado y menos mecanismos para aprender a manejar esa emoción, la verdadera clave está en distinguir la depresión de la tristeza…la tristeza sana.
Parece un término contradictorio, tristeza sana. Como nos enseña la genial película “Del Revés” la tristeza es una emoción básica que nos ayuda, y con la que hay que aprender a convivir en algunos momentos de la vida.
Distinguir esa tristeza “buena” de la depresión clínica no es fácil incluso para los psiquiatras, y se puede hacer daño si se da al paciente una camisa de fuerza química que impida que esa tristeza sana fluya. Acompañar en ese camino, favorecer la expresión emocional y el ejercicio son claves en la mejoría, pero a veces no es suficiente. Pensemos en la tristeza y la ansiedad como la alarma de un coche. Beneficiosa si nos están robando, pero un problema cuando sus mecanismos saltan con la frecuencia o intensidad inadecuadas.
Cuando eso ocurre aparece el bloqueo… y hoy en día sabemos un poco más sobre la parte química que regula ese “mecanismo de alarma”. La serotonina, la noradrenalina y la dopamina son partes de este engranaje, y ajustarlos van a contribuir a poder disminuir esa angustia y poder trabajar otras cosas. Por ejemplo, sabemos que cuando las neuronas (Células que forman parte del cerebro) tienen menos cantidad de serotonina para interaccionar se producen muchos de los síntomas (Ansiedad, desesperanza, incapacidad para disfrutar…). El antidepresivo consigue que la neurona no destruya la serotonina tras usarla y por tanto aumentará la cantidad total de la misma.
Pero… antes de las tres semanas es difícil comenzar a sentir sus efectos, y normalmente el máximo rendimiento del tratamiento se consigue desde la sexta semana. ¿Por qué?
El resumen corto sería que las neuronas se adaptan las primeras semanas para intentar que no haya más cantidad de serotonina entre ellas (Generando menos y produciendo nuevos receptores para destruirla), hasta que el sistema se regula desde la tercera semana.
Para evitar los tecnicismos, os pondré un ejemplo práctico:
Imaginad que una noche sales (tú= tu cerebro) con cuatro amigos, y faltan por llegar otros dos (Amigos=serotonina). Cuantos más amigos haya contigo, más feliz estarás. No os habéis puesto de acuerdo y tus cuatro amigos quieren entrar en un concierto en el que ni tú ni los amigos que faltan por llegar tenéis entrada. Si pasan a la sala, te quedas solo y por lo tanto triste. Así que te las ingenias para poner en las puertas del concierto a porteros aliados tuyos (portero=antidepresivo) que no les dejan pasar dentro, y seguir disfrutando de su compañía. Al principio tus amigos se enfadan, intentan entrar por la puerta de atrás del concierto, e incluso quieren llamar a los dos amigos que faltan para que no vengan (Proceso de las famosas tres semanas). Finalmente tus amigos se dan cuenta de que cuantos más estéis mayor es la diversión, y decidís iros todos a cenar juntos.
Para conseguir el efecto es importante no saltarse ninguna toma, ya que lo importante es que el cerebro tenga un nuevo equilibrio, y una comunicación armoniosa entre sus componentes.
Si la mejoría en la depresión fuese una mesa, recordad que la medicación es sólo una de las patas. Es importante para la estabilidad, pero insuficiente para mantener el peso y el equilibrio por sí misma.
“Nunca llueve eternamente” (Brandon Lee, “El Cuervo” 1994).
Salvador Ruiz Murugarren
Médico psiquiatra.