Ha llegado el verano, y con él, el calor, las vacaciones y un montón de tiempo libre para disfrutar y compartir con nuestros hijos. ¿Por qué no aprovechar estas horas de juego para potenciar y favorecer la comunicación y el lenguaje a través de simples y divertidas actividades?
Aprender a hablar es un proceso instintivo y natural. La frecuencia y calidad de las interacciones que se produzcan en el transcurso de este proceso influirá fuertemente en el aprendizaje y en el desarrollo de sus habilidades lingüísticas y de comunicación. Así que aprovecha esta gran oportunidad de compartir más tiempo con tu hijo y sigue estos simples consejos que te ayudarán a estimular el desarrollo de su lenguaje.
- Aprovecha cualquier momento para hablarle
Intenta hablarle poniendo énfasis en las diferentes palabras y sonidos. Exagera las expresiones faciales, varía el timbre, la entonación y el volumen de tu voz, e intenta incorporar gestos en tus charlas.
Ofrécele un tiempo determinado de espera, para así darle el espacio necesario para responder a tus preguntas.
Demuéstrale que le escuchas mirándole cara a cara siempre que intente comunicarte algo.
No uses preguntas cerradas (en las que sólo deba responder sí /no) porque impiden la comunicación. Bríndale la oportunidad de escoger y responder con un concepto. Por ejemplo: No utilices preguntas como: “¿Quieres galleta? “. En su lugar, utilizaremos preguntas abiertas como: “¿Qué quieres?”, “quieres pan, chocolate o galleta?”.
- Durante las rutinas diarias agrega lenguaje al suyo
A veces el frenético ritmo al que nos vemos sometidos en nuestro día a día, nos impide disfrutar de estas pequeñas rutinas, y no somos realmente conscientes del valor que representa es momento para favorecer la comunicación. Relátale las acciones a medida que van sucediendo, agrega lenguaje al suyo: alarga sus expresiones añadiendo información, por ejemplo: si dice “galleta” nosotros diremos “Ah, quieres galleta”. “Toma la galleta” (y se la damos).
Podemos ampliar su vocabulario por ejemplo, nombrando: “es un coche”, explicando: “mamá va en el coche a trabajar” hablando de sentimientos: “¿te gusta ir en el coche con mamá?” describiendo: “el coche de mamá es grande”. “El coche de papá es pequeño, haciendo como si… “vamos a caminar como si fuéramos tortugas” (acompañando el movimiento lento), “ahora como si fuéramos conejos” (saltando). Hablando en futuro: “mañana iremos con los abuelos a la playa”.
Se trata de no limitarte a realizar una acción sino de interactuar e ir hablándole durante todo ese proceso, compartir cada instante con él y disfrutarlo al máximo. Este tipo de conversaciones le proporcionará valiosos ejemplos sobre el tipo de lenguaje que utilizamos en las actividades cotidianas.
- Disfrutar juntos de los momentos de lectura
Leerle a tu hijo contribuye a ampliar su vocabulario, estimular su imaginación y mejorar sus habilidades comunicativas. Además, la cantidad de tiempo que hayamos empleado leyendo a nuestros hijos favorecerá que en el futuro adquieran un buen hábito lector.
- Cantar y disfrutar de la música
A los niños les motiva y les encanta la música, el ritmo y el movimiento. A través de las canciones infantiles los niños aprenden sobre el mundo que les rodea y descubren el ritmo del lenguaje.
Cántale canciones con un ritmo divertido y animado, que contengan sonidos o palabras relativamente sencillas que pueda imitar y que le hagan involucrarse de alguna forma, invitándole a realizar determinados sonidos o movimientos.
- Despierta su curiosidad y créale nuevos intereses
Despierta su curiosidad creando nuevas oportunidades en diferentes contextos para que explore situaciones y así aparezcan distintas expresiones en su lenguaje. Intenta partir siempre de aquellas actividades que más le interesen.
- Modela su discurso, no le corrijas
No le haremos repetir sus articulaciones, palabras o frases aunque no las haya expresado de manera correcta. En su lugar, repite sus mismas palabras con la pronunciación o uso adecuado de la palabra correcta. Es decir, si intenta decir “quiero agua” dice “quede aba” también le ofrecemos refuerzo por lo bien que lo ha hecho, por tan solo tener la intención de comunicar lo que quiere. No debemos corregirle diciendo “no así no”, sino que le corregiremos dándole el modelo correcto para que nos lo oiga y así poco a poco irá integrando las estructuras correctas. Debemos decirle: “Ah, quieres agua”. “María, quieres agua”. “Muy bien aquí tienes tu agua”. Siempre debes estimularle a usar un lenguaje más amplio para comunicarse.
No olvides elogiarle y felicitarle por cada uno de sus intentos o esfuerzos de usar el lenguaje con un aplauso, una sonrisa, un beso, aunque sólo se haya aproximado al modelo correcto.
- Modera el uso de las tecnologías
En la actualidad, donde las nuevas tecnologías nos invaden, debemos aprender a utilizarlas con cautela. Existen algunas aplicaciones, juegos o programas educativos que quizás pueden beneficiar alguna determinada área o habilidad en los niños, pero no es el caso del desarrollo del lenguaje. Principalmente porque dichos programas no les permiten interactuar ni responden a los niños. Estas dos características resultan esenciales para la adquisición del lenguaje; son los catalizadores necesarios para aprender una lengua.
- Programa siempre actividades nuevas y divertidas
Ofrécele experiencias enriquecedoras como una visita al zoo, una granja, al acuario, un museo o simplemente un paseo por la montaña, que le permitirán acceder a un nuevo mundo lleno de nuevas sensaciones. Aprovecha esos momentos para hablarle y comentarle todo lo que va sucediendo.
9. A jugar…
Los niños aprenden el lenguaje en su día a día a través de las rutinas, pero también durante el juego. El juego es una forma agradable y natural de favorecer la adquisición del lenguaje. Para ello es preferible prescindir de aquellos ruidosos y luminosos juguetes que se activan prácticamente solos y optar por otro tipo de juguetes: más básicos que le ofrecerán un juego mucho más abierto con infinitas posibilidades, en definitiva estimular su creatividad.
A través del juego simbólico los niños empiezan a expresar verbalmente lo que antes sólo expresaban con acciones, estimulando así el desarrollo del lenguaje, a la vez que la imaginación. Considera cualquier escenario de juego un buen espacio para el desarrollo de la comunicación.
- Limíta el uso del chupete
Evita el uso indiscriminado del chupete y limita su uso a la hora de dormir. Es de esperar que el niño que usa chupete muestre poco interés en iniciar una conversación o simplemente hablar, ya que ello implicaría prescindir o deshacerse de tan preciado tesoro. Mientras lo usan no pueden emitir sonidos articulados para comunicarse y emiten menor cantidad de balbuceos, gorjeos y canturreos que servirán de ensayo de los sonidos que después necesitarán para hablar. El uso excesivo del chupete reduce la práctica de los movimientos buco-articulatorios tan necesarios para el correcto desarrollo del habla.
Además el uso excesivo y prolongado del chupete también puede provocar malformaciones en el paladar que en un futuro pueden dificultar una correcta articulación y pronunciación de determinados fonemas y requerir la intervención de un logopeda.
Nuestro deber como padres es compartir tiempo de calidad con nuestros hijos y disfrutando juntos cada instante de su desarrollo.
!FELICES VACACIONES!
Carolina Vittar Paz