En la consulta de Diada hay una preciosa lámina en la entrada que reza así «Usted es lo mejor que tiene usted». Me parece grandiosa la idea. En tiempos de consumismo feroz, de constante competición, contradicción e hiperestimulación, nos vemos condenados a una pesada losa: la insatisfacción eterna, con nosotros mismos y nuestro entorno.
Y luego llega el mundo del marketing y la publicidad y ya pone la guinda, y ahora que se acerca San Valentín crean todo tipo de campañas para universalizar las muestras de amor a través de lo material.Y una gran parte de la población, que no tiene pareja, vive esos días con una mezcla de extrañeza y melancolía ¿por qué? ¿hay algo que falla en mí?… vamos a suponer que llegado el día de San Valentín quienes están en pareja, lo viven con alegría e ilusión, con la sensación de que tienen algo que celebrar. Seamos sinceros… es imposible.No hace falta ser terapeuta de pareja para saber que hay quien está en pareja porque no sabe o no puede estar solo/a, y lo vive más bien como una fuente de malestar e insatisfacción.No es eso lo que yo deseo para ti, hablemos de qué tiene que ocurrir para que sea viable una relación de pareja realmente sana.
¿Cómo acercarse a ese «estar bien con uno/a mismo/a»? ¿Cómo prepararme para que aparezca «ÉL/ ELLA?
Una relación de pareja es uno de los vínculos más íntimos y estrechos que podemos llegar a establecer en la vida, con nuestra pareja podemos mostrarnos desnudos en cuerpo y en espíritu, sin miedo a ser rechazados ni juzgados. Con la confianza plena y la tranquilidad que da sentirte parte de algo, ser parte de algo. Suena bien ¿verdad? Esto sucede en una relación de pareja realmente sana y constructiva (y no todas lo son), no todas las personas han aprendido a «querer bien», a «dejarse querer». Un gran maestro del que hemos aprendido muchas de las de esta casa, decía «la pareja nos protege de las muertes de cada día», entendidas esas «muertes» como las decepciones, pérdidas y frustraciones de lo cotidiano. El citado maestro es Teo Herranz, y esa frase colgó durante un tiempo en la que era mi casa, qué bonitos los procesos, que duros a veces. En tantísimos años que he acompañado y vivido de cerca procesos de separación y divorcio, cada día estoy más convencida de que el amor es el mejor invento que hay, aunque a ratos duela. Y si duele mucho rato… igual es que algo hay que hacer.
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Hablemos de qué tiene que pasar a nivel interno para estar preparado/a para que llegue «ÉL» / «ELLA»:
1. Para establecer relaciones de intimidad y confianza hemos precisado de prácticas guiadas en la escuela de la vida: desde pequeños vamos construyendo relaciones con compañeros de clase, hermanos, vecinos, amigos fugaces en tardes de parque… si esas relaciones se han convertido en simétricas, hemos aprendido el flujo entre el dar y el recibir, el juego de a veces ser aceptado, a veces ser rechazado. Y hemos aprendido a elegir también. Por tanto, es importante que cuides mucho las relaciones con tu entorno, que te rodees de aquellos quienes te aportan y te hacen sentirte bien, quienes además valoran y aprecian lo que tú les das.
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2. Una de las variables que predice la solidez de una relación es el establecimiento de un proyecto de vida en común congruente, compartir una «filosofía de vida» y construir sueños y objetivos. No basta con quererse, ojalá fuera así, y qué duro resulta separarte de alguien a quien quieres cuando son otras cosas las que fallan. Estamos en constante cambio y transformación, una vida con sentido consiste en contactar con tus propias pasiones y talentos, en descubrir una forma de estar en el mundo y de ganarte la vida aportando valor, creando valor. Si no tienes pareja, es un buen momento para explorar tu propósito de vida, si tienes pareja también lo es. Siempre lo es.
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3. Quiérete. Mucho. Esta sería la última precisión. Cuando uno mismo se siente digno de valor, aprecio y admiración, es eso lo que va a despertar en el otro. No habrá otras opciones que consideremos válidas. Construir una imagen y una autoestima sana será una parte fundamental en todo este proceso de «Estar bien con usted» y por tanto que pueda llegar otro/a que colme tus expectativas y deseos.
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Te animo mucho a que hoy, y todos los días te cuides, te respetes y te trates bien. Con pareja o sin ella, la vida es un ratito, gocémosla. Desde Diada trabajamos siempre con amor y desde el amor, trabajamos por la vida. Si hay algo que duele de más y en lo que crees que te podemos ayudar, no dudes en contactarnos.
Y sí, ¡Feliz San Valentín! ¡Feliz todo!
